lunes, 14 de mayo de 2012

La franja sobrevive

El Rayo Vallecano consiguió la permanencia un año más en Primera División. Un gol de Tamudo en el descuento ante el Granada propicia que los de José Ramón Sandoval salven la categoría mientras Sporting de Gijón y Villarreal acompañarán al Racing de Santander a Segunda. El Rayo culminó el ejercicio de funambulismo emprendido hace dos meses con un truco histórico, de esos imborrables en el alma de quienes lo vieron en directo. Caminando sobre el alambre, los franjirrojos llegaron a su final cuando sus latigazos estaban a punto de mandarles a Segunda. Pero apareció Tamudo, en el momento justo, en el lugar idóneo a pesar de estar ligeramente adelantado a los defensas. Sí, era fuera de juego, pero no serán estas líneas las que rescaten actuaciones arbitrales si en años no lo han hecho. Aquí se habla de fútbol y por suerte seguirá siendo de Primera en cuestión de meses. Pero hubo que sudar, sufrir, implorar, agarrarse a un sentimiento y a la lucha por conseguir un sueño que sólo unos meses atrás parecía logrado. Hubo corazón, poco fútbol y muchos nervios. Y así fue desde el primer minuto. Con una grada a reventar, de esas que no se recuerdan siquiera contra los grandes en presupuesto, que vio cómo los suyos salían aturdidos, con el objetivo claro pero las ideas empañadas. No tardaría el bueno de Ighalo en recordar que de comparsa el Granada, nada de nada. El atasco ofensivo en los de Sandoval en el último tramo de temporada no faltó a la cita en el día de cierre. La recuperación milagrosa de Javi Fuego y la vuelta de Armenteros entonaron al cuadro local, pero no tardaron en sumarse a la corriente de balones frontales que la defensa andaluza repelía sin demasiadas dificultades. Un fallo del exrayista Borja Gómez supuso el primer borrón en el juego de los de Abel Resino. El central se escurrió incomprensiblemente al borde de su propio área y dejó a Michu solo frente a Julio César. En una posición escorada el asturiano no acertó a batir al meta visitante, enviando el balón al lateral de la red. Piti, uno de los más activos, lo intentaría minutos más tarde desde lejos, pero el marcador se cerraría con empate sin goles en el descanso. La segunda mitad arrancó con más nervios que fuelle. Trashorras entró por un motivadísimo Movilla, comprometido con la franja hasta el último minuto que ha disputado con ella. Probablemente hayamos asistido a su ciclo como jugador rayista, pero de lo que no cabe duda de su compromiso con el equipo, un ejemplo que deberían aprender generaciones venideras. La sustitución coincidió con el gol del Zaragoza en Getafe, que mandaba a los franjirrojos a Segunda salvo victoria. Lass y Tamudo fueron los últimos revulsivos de Sandoval con el objetivo de conseguir el tanto salvador. De poco importaba desdibujar el equipo, cerrando con una línea de tres en la que Labaka se convertía en único defensor puro sobre el campo tras la lesión del infatigable Arribas. De hecho, de esta descolocación pudo aprovecharse el Granada con sendas ocasiones de Jara y Martins. El primero envió por encima de la portería el gol que hubiese supuesto el descenso del Rayo, mientras que Cobeño se encargó de evitar el segundo tras el bonito intento de vaselina del portugués. El tiempo se agotaba y el aliento llegaba desde las gradas al grito unánime del “sí se puede”. Y se pudo. Tamudo culminó la gran acción personal de Piti previo remate al larguero de Michu. La locura se desataba sobre el césped de Vallecas, en la grada, allá donde hubiese un rayista. No había tiempo para más en el campo, al Granada también le valía el marcador con la derrota del Villarreal. El pitido final dio paso a una explosión de júbilo sin igual, conscientes aquellos que conocen la situación de la ADRV de la necesidad imperiosa de salvar este match point. Y salió a hombros Diego Costa. Y Michu. Y lloró Cobeño. Y Arribas. Y miles de rayistas. Y Sandoval sacó pecho mientras miraba al cielo. No es para menos: la franja permanecerá un año más entre los más grandes.


1 comentario:

  1. Enhorabuena Mario, aunque hayáis tenido una mala racha a final de temporada no merecíais descender.

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