domingo, 8 de abril de 2012

Vallekas no se paga con dinero

El Rayo Vallecano arrolló al Osasuna en la victoria más abultada de los franjirrojos en Primera División. Los de José Ramón Sandoval alcanzaron los 40 puntos, cifra que da virtualmente la permanencia en la categoría. Movilla, Michu en dos ocasiones, Diego Costa, Armenteros y Tito fueron los goleadores de un partido en el que los jugadores franjirrojos atendieron a la verdadera demanda -de las que no llegan en sobre- de su técnico y de su afición: un fútbol espectacular y una tarde para la historia. Y el Rayo cauterizó su herida. El equipo vallecano llegaba a un compromiso vital para cerrar su permanencia en Primera un año más después de tres derrotas consecutivas y envuelto en un nuevo escándalo en forma de demanda del club contra Sandoval. Más allá de responder ante los medios el pasado jueves, el técnico habló en el campo. Al contrario de lo que se podía intuir, el equipo dejó en segundo plano el turbio asunto y mostró un extra de motivación desde el calentamiento. Enchufado desde el primer minuto, el conjunto local salió en tromba a por el Osasuna. Pulido y Piti volvieron al once inicial como novedades respecto a Anoeta. Mientras el central no tuvo grandes problemas ante la fragilidad ofensiva del rival, el catalán cuajó un partido de diez. Vallecas volvió a ver la mejor versión del ’10′, participativo, solidario y espectacular a partes iguales. De su zurda nació el primer gol vallecano. Tras lanzar una falta lateral, Andrés despejó de puños un balón que cayó a las botas de Movilla, quien esperó en la frontal para cruzar con una ajustada volea. La segunda oportunidad de los rayistas sirvió como anticipo al vendaval que iba a hacer trizas a los de Mendilíbar. La madera se interpuso en apenas unos segundos entre un bonito disparo de Piti rumbo a la escuadra y con el posterior remate de Michu en plancha. El asturiano regresó a su mejor versión y pronto vio el primero de los dos tantos que consiguió en el partido. La banda derecha sirvió como rampa de despegue para que el máximo artillero de los vallecanos se reencontrase con el gol. Mención especial al segundo de ellos, conseguido después de que Diego Costa bailase a la defensa rojilla en el área. La jugada anterior al tercer gol fue uno más de los infinitos detalles que convirtieron al brasileño una vez más en el mejor de los locales. El punta hizo una auténtica escabechina en la defensa pamplonesa y culminó su actuación con un gol de escándalo. Anuló a Roversio gambeteando hasta el infinito para acabar lanzando un trallazo que hizo inútil la estirada de Andrés. Genialidad. El tanto del delantero cedido por el Atlético de Madrid puso la guinda a una primera parte perfecta para los rayistas pero absolutamente desastrosa en el cuadro rojillo. Los navarros se diluyeron hasta hacer irreconocible a un equipo que ocupa posiciones de Europa League. Lekic fue un islote en el ataque y Nino se evaporó en apenas unas carreras. El trabajo de Joel fue prácticamente nulo, llegando la mejor oportunidad de los visitantes a falta de media hora para el final con un remate de Raúl García repelido por la madera. Mas aún habría tiempo para dos nuevos tantos en el casillero vallecano. Armenteros fue el autor del primero de ellos, previa asistencia de Michu. El último en unirse a la fiesta fue Tito, quien culminó una múltiple oportunidad para desesperación del meta visitante pero para alegría de una afición que abarrotó la grada de Vallecas y disfrutó de una goleada histórica. No era para menos, pues su equipo volverá a estar un año más entre los más grandes.

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